La Cartuja de Sevilla nació del espíritu emprendedor de una familia inglesa enamorada de Andalucía. La calidad de sus vajillas y piezas decorativas de loza se debe por igual a las innovaciones de corte industrial importadas por el que sería el marqués de Pickman como por las expertas manos de los artesanos sevillanos que las incorporaron rápidamente a su trabajo. El devenir de La Cartuja de Sevilla está ligado a la historia de España pero también a la memoria íntima de muchas familias que guardaban los objetos de loza decorada y las vajillas con motivos exóticos para las ocasiones especiales. Su fórmula exclusiva y sus delicados motivos se han conservado hasta la fecha considerándose una joya tradicional. En esta nueva etapa, sin dejar de honrar la tradición centenaria de la firma y respetando la labor de los artesanos, La Cartuja de Sevilla se propone adaptar las vajillas y objetos decorativos a las nuevas costumbres, apelando a nuevas formas de exotismo y a una ‘cotidianidad extraordinaria’ sirviéndose de la distinción de sus clásicos y de los diseños que surgen a partir de colaboraciones de autor.