En 1968 un grupo de psicólogos jesuitas, algunos profesores de la Universidad de Comillas, con formación en Lovaina, Bruselas y París en psicología clínica, y en Bethel (Maine. E.E.U.U.) en dinámica de grupos, comienzan la andadura de lo que será uno de los centros de psicología más importantes de Madrid, dedicados a la formación de psicoterapeutas, al trabajo de crecimiento personal, y a tareas puramente clínicas. A lo largo de estos años, se han destacado como rasgos de identidad del Instituto: Una concepción holística del ser humano, que se incorpora tanto al trabajo individual, como al grupal y a la formación que ofrece a futuros terapeutas, ofreciendo el estudio y aprendizaje de técnicas psicoterapéuticas en las que se tiene muy presente la interacción mente-cuerpo. Flexibilidad y apertura en cuanto a la práctica del ejercicio profesional. Modelos tan diversos como son los modelos humanistas, psicodinámicos y corporales (la bioenergética y el focusing), representados por sus distintos miembros, han sabido convivir de forma respetuosa, enriquecedora e integradora, tanto en las tareas clínicas como en la formación de psicoterapeutas que el Instituto ha realizado. La dimensión social ha estado y está muy presente, reflejada en la consideración de la persona por encima de valoraciones puramente económicas, así como en la importancia otorgada a la formación de otros profesionales que se dedican a las relaciones de ayuda, cuyos campos de aplicación han sido tan diversos como el trabajo social, la enfermería, la educación, etc.