En los años sesenta nace la empresa “ROYCRUZ” (Romero y Cruz-Conde) con el objetivo de sumarse a la tradición cordobesa de la artesanía de la filigrana, aplicando a la elaboración tradicional modernos sistemas de distribución y diversificación en los diseños. Con vocación de futuro, y tras un periodo de estabilización, en el año 1981 Antonio Cruz-Conde González se hace cargo de la empresa en solitario hasta su jubilación, sorteando los distintos avatares del mercado hasta la definitiva y solvente implantación de su empresa en un sector tan dinámico y volátil. Paulatinamente y a lo largo de estos años, sus hijas Ana y Marta Cruz-Conde Lacoba, han venido implicándose en los procesos de fabricación, comercialización y gestión hasta hacerse cargo de la misma, manteniendo los usos y maneras que caracterizaron al fundador y distinguen el producto en los mercados especializados. En todo momento la nueva generación tiene como principal objetivo mantener la especial filigrana que le caracteriza y la atención personalizada de sus clientes.