Cría de insectos para obtención de harinas, de manera inteligente y sostenible. La población mundial está creciendo y se espera que alcance los 9.725 millones personas para el año 2050. Se espera que la demanda de proteínas derivadas de animales aumente por lo que también aumentará el uso de la tierra y el agua para ese fin, aumentarán las emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, generará un aumento de la crisis ambiental. Estos factores demuestran que la forma actual de producir proteínas es insostenible. Mientras la población de occidente consume demasiada, la población en países en desarrollo no obtienen la proteína y los nutrientes necesarios, lo que conduce a enfermedades como la obesidad, kwashiorkor y marasmo. La proteína es el componente más esencial de muchos tejidos del cuerpo y en especial del muscular y es imprescindible para un correcto desarrollo en edades tempranas. Los animales, así como las plantas, son fuentes de proteína dentro de la dieta humana. El grillo común “Acheta domesticus” tiene un contenido medio de proteína de 66.6% de peso seco, uno de los más altos dentro de los insectos comestibles y significativamente mayor que las fuentes de proteínas que consumimos tradicionalmente. Además, los contenidos de aminoácidos esenciales son proporcionalmente más altos que en las fuentes de proteínas tradicionales, y son capaces de satisfacer la necesidad diaria de aminoácidos esenciales para los humanos.