El Colegio de la Inmaculada inició sus actividades el 8 de Abril de 1878, en un local cerca de la antigua Biblioteca Nacional (Av. Abancay). A mediados de 1900, adquirió nuevas instalaciones en la Av. La Colmena, donde destacaron por su labor educadora, figuras como los padres Idelfonso del Olmo, Luis Gámez, Jesús Cánovas y el Hermano Santos García. En los años cincuenta se inaugura la sección infantil, a cargo de las Siervas de San José, cuyos abnegados cuidados fueron prodigados a varias generaciones de alumnos. En el año 1966 se iniciaron las obras para albergar en un solo campus las secciones de Kínder, Primaria y Secundaria. El traslado implicó muchos cambios, aunque permitió mayor interacción entre los alumnos y sus profesores/tutores. En 1974, las siervas de San José deciden reenfocar su apostolado, por lo que dejan de tener a su cargo la educación de la sección de kínder y primaria. En la década del ochenta se sientan las bases para que De la Inmaculada sea un colegio moderno y ecológico, que sirva de modelo en Lima y el Perú; esto se concreta a través de obras como el zoocriadero, las lagunas de oxidación, la planta de tratamiento de desechos orgánicos y la reforestación de las laderas del cerro. Paralelamente se hicieron mejoras a nivel de infraestructura, como la construcción del coliseo. Se adquirieron equipos, se implementaron laboratorios y talleres multimedia, entre otros cambios que redundaron en beneficio de la formación de nuestros estudiantes. En todos estos años la consigna del Colegio de la Inmaculada ha sido formar personas integrales, autónomas en su aprendizaje y discernimiento; que sean agentes de cambio para servir a los demás, en especial a los más pobres. Desde el año 2010, el Colegio empieza un proceso de coeducación que permitirá que niños y niñas sean formados con esta visión de excelencia, inspirada en valores humanos y cristianos.