SÍ, es San Isidro. ¿San Isidro es distinto? SÍ. El distinto, es aquel que lo encuentra primero. Por eso muchos dijeron que SÍ a buscarlo. A decir que SÍ todos los días, para que todos los días sean distintos. Muchos dijeron que SÍ al trabajo y el barrio respondió que SÍ al esfuerzo. Un SÍ gigante, que se volvió comunidad. Muchos le dijeron que SÍ a la fe. Y esa fe se volvió una de las catedrales más hermosas de Argentina. Y para vos, la más linda del mundo. Porque en ese lugar donde vos decís que SÍ todos los domingos, tu abuela le dijo que SÍ a tu abuelo. Alguien le dijo que SÍ a los valores. Por eso tantos clubes le dicen SÍ al deporte. Por eso le dicen SÍ a un mismo amor. SÍ, al respeto por el rival. SÍ, a la tradición. Alguien le dijo que SÍ a la educación, y por eso, los colegios invadieron el lugar. Para que hoy tengamos un casco histórico, alguien dijo que SÍ y soñó distinta la historia. Alguien le dijo que SÍ a Acassuso, SÍ a Beccar, SÍ a Boulogne, SÍ a Martínez, SÍ a Villa Adelina. Un SÍ tan distinto, que ni la autopista más larga del mundo los puede separar. Alguien le dijo que SÍ a la salud. SÍ, a un hospital. Y SÍ, a que hoy sean tres. SÍ, a todos aquellos que los necesitaron. Y lo siguen haciendo. Alguien le dijo que SÍ a los espacios verdes. Y todos dijimos que SÍ, para que sigan siendo verdes. Alguien dijo que SÍ a respetarnos, SÍ a tratarnos distinto. Alguien dijo que SÍ, invitando a los demás a decir lo mismo. Por eso muchos dijeron que SÍ, a vivir acá. SÍ al barrio, SÍ al turismo, SÍ a los museos, SÍ a la cultura, SÍ a los grandes colegios y a las pequeñas promesas. SÍ a la náutica, SÍ a las plazas, SÍ a los adoquines, SÍ a los árboles, a la industria, SÍ a los semáforos, SÍ a las cámaras, SÍ a la seguridad, SÍ a crecer. SÍ, al no. Para siempre, volverlo un SÍ. SÍ a nuestra hermosa historia. Porque así y todo, no vivimos acá porque SÍ. Vivimos acá, porque decimos SÍ. Y eso, es muy distinto. ¿Te animás a seguir diciendo que SÍ? Yo digo que SÍ.