La historia comienza en 1970 con la iniciativa de Julio Acosta, de abrir un restaurante en la vía a la Calera. En este momento, la vía no estaba pavimentada, los potreros estaban habitados por vacas en vez de condominios y aun no existía el embalse San Rafael, que hoy alegra la vista de todos los comensales que visitan el Tambor. El primer restaurante que construyó Julio Acosta adquirió el nombre de “Hacienda Pipintá” y se caracterizó por la excelente preparación de las carnes a la parrilla. Julio y su esposa Elizabeth administraban el restaurante el cual tuvo gran acogida durante varios años, sin embargo, en la década de los 90’ una ola de violencia y de recesión económica afectó el país y los Bogotanos dejaron de visitar los alrededores de la ciudad. Para entonces, el restaurante Hacienda Pipintá vivió una época difícil que casi lo lleva a la quiebra. Decidieron adaptar su modelo de negocio y empezaron a vender carne picada en bandejas de mimbre acompañadas de productos típicos de la cocina colombiana, como papa criolla, yuca, chorizo y maduro entre otros, con el fin disminuir los costos del servicio a la mesa. Increíblemente el concepto fue un éxito ya que los clientes valoraban la calidad de los productos, y el concepto descomplicado y económico del nuevo restaurante que se llamó: El Tambor. El restaurante El Tambor se abrió oficialmente el 9 de mayo de 1999 y desde su apertura ha sido un éxito. Julio, Elizabeth y sus hijos, atendían a los clientes. La gente valoraba el servicio, la calidad de la comida y el ambiente familiar. El negocio siguió creciendo y la familia fue encontrando nuevas posibilidades de negocio. Actualmente el restaurante cuenta con 3 sedes: Calera, Multiparque y Cajica y con 2 proyectos de expansión en la calle 80 y en Sopo. Durante los fines de semana nos visitan aproximadamente 4,500 personas que quieren compartir en familia, las mejores parrilladas del país.